Se necesita una batería que funcione para garantizar que el motor arranque de forma fiable en todas las condiciones. Se trata de una cuestión de rutina, pero no todos los técnicos de mantenimiento comprueban rutinariamente el estado de la batería. La mayoría de las veces, el diagnóstico de la batería sólo se lleva a cabo cuando ésta se niega a cooperar.
Probar la densidad de la solución de ácido sulfúrico como electrolito ha sido siempre uno de los principales métodos para probar las pilas. Hoy en día, debido a la proliferación de las baterías sin mantenimiento, su importancia es cada vez menor (la densidad del electrolito no puede medirse en estas baterías por falta de accesibilidad), pero muchas baterías siguen teniendo tapones que permiten la medición.
La ventaja es sin duda la posibilidad de utilizar uno de los instrumentos de taller más baratos para la comprobación de baterías, el areómetro. Este económico instrumento equipado con un tubo transparente permite, además de medir la densidad del ácido, su evaluación visual.
La solución ácida debe ser incolora, la turbidez puede indicar contaminación o rellenado del electrolito con agua del grifo. El electrolito gris indica sulfatación, que puede remediarse mediante una carga prolongada con baja corriente. Un tono marrón será un indicio de sobrecarga sistemática de la pila y se debe al desprendimiento de material de la placa (acompañado de una pérdida acelerada de agua). Por otro lado, una coloración negra del electrolito (o marrón oscuro) califica a la batería para su sustitución debido a una caída significativa de la masa activa.
Se considera que el valor correcto del electrolito en una pila totalmente cargada es de 1,28 g/cm3. Los valores de densidad se dan para la temperatura ambiente, la densidad disminuye al aumentar la temperatura en 0,01 g/cm3 por cada 15 grados. Realizamos la medición un mínimo de 30 minutos después de apagar el motor para cada célula por separado. La densidad del electrolito disminuye con el grado de descarga. Un valor inferior a 1,25 g/cm3 señala la necesidad de recarga. Si la densidad del electrolito se desvía significativamente en alguno de ellos, es casi seguro que indica un problema con la pila. Si el nivel de electrolitos es demasiado bajo, lo rellenamos aprox. 1-2 cm (o hasta el nivel marcado) por encima de las placas añadiendo una cantidad adecuada de agua destilada. Tras este procedimiento, espere unas horas a que el electrolito se homogeneice antes de realizar la siguiente medición de la densidad.
La tensión en reposo indica el estado de carga de la batería. La lectura deseada del voltímetro es de 12,6 V o más antes de que arranque el motor. Si el voltaje de la batería es inferior a 12,5 V, deberá realizarse una carga adicional antes de evaluar el rendimiento de la batería.
Una forma popular de evaluar la salud de una batería es comprobar su tensión bajo carga. La prueba de carga ayuda a evaluar la capacidad de arranque. Consiste en medir la tensión junto con una carga de alto valor (del orden de 100 A) durante varios segundos. Si la tensión no cae por debajo del umbral especificado en el manual del instrumento (normalmente alrededor de 9 – 10 V), la prueba se ha realizado correctamente. La desventaja es la limitada selección de carga, mientras que la capacidad nominal de la batería y la capacidad de arranque pueden variar ampliamente.
Aunque los métodos descritos pueden indicar si una pila es apta para un uso posterior, no siempre explican por qué la duración de la pila es inferior a la esperada. La causa del fin prematuro de la pila puede variar mucho. Una mala selección de la capacidad de la batería sometida a prueba para un coche concreto es una de las causas. Si la batería tiene una capacidad y una corriente de entrada demasiado pequeñas, su vida útil se verá afectada. Otras causas podrían ser un motor de arranque defectuoso o una tensión incorrecta del sistema de carga.
El usuario puede dañar la batería si deja el vehículo con algún tipo de consumidor de energía encendido. Provocar una descarga es extremadamente perjudicial para las baterías de arranque. Su diseño (placas delgadas con una gran superficie) garantiza que puedan consumir brevemente una corriente muy elevada, pero no son adecuadas para el funcionamiento cíclico. Si ya se ha producido una descarga, es mejor conectar la batería descargada a un cargador lo antes posible.
Otro problema es, en el caso de las baterías de servicio, permitir una gran pérdida de electrolito. La evaporación del agua hace que las células trabajen con un ácido demasiado concentrado, lo que provoca la corrosión de las placas.
Las mayores posibilidades de diagnóstico se obtienen utilizando comprobadores electrónicos que funcionan según el principio de medición de la conductividad (conductancia). El DBT-12+ de DTE es un dispositivo de este tipo. Comprobar la batería se convierte en algo sencillo y rápido. Sólo tiene que conectarlo a las pinzas y el comprobador le permitirá evaluar la corriente de irrupción en cuestión de segundos y compararla con el valor indicado por el fabricante.
Al mismo tiempo, averiguamos la profundidad de descarga de la batería y podemos distinguir esta condición de un cortocircuito interno, en el que también cae la tensión. Como la temperatura de la batería desempeña un papel, tenemos la opción de compensarla especificando un rango de valores.
Además, el comprobador DBT-12+ ofrece pruebas del sistema de carga y del sistema de arranque del motor. Al examinar el sistema de carga, medimos la tensión sin carga y bajo carga (tras conectar cargas de varias decenas de amperios). El comprobador registra la pulsación de tensión que ayudará a detectar un fallo en los diodos rectificadores aunque la tensión sea normal. Si el sistema de carga funciona mal, no se sorprenda si la batería se sulfata cuando la tensión es demasiado baja. Un problema común y relativamente sencillo de solucionar son las conexiones a tierra o terminales de la batería inseguros u oxidados.
Al probar el sistema de arranque, también registramos la forma de onda de la tensión de arranque. Una causa común de daños en la batería son los problemas en el arranque. Cada vez que se pone en marcha el motor de arranque, fluye una gran corriente desde la batería. Si es demasiado grande se reflejará en el estado de la batería.
El diagnóstico de la batería no debe limitarse a comprobar la propia batería, sino también el entorno en el que funciona. Utilicemos las funciones que ofrecen los comprobadores modernos y no nos limitemos a medir el parámetro de la capacidad de arranque.
Autor: Ingeniero de producto Piotr Libuszowski
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